Los entornos marinos representan un desafío inclemente para metales, superficies y maquinaria debido a la proximidad y exposición prolongada al agua de mar y a los efectos climáticos. La abrasión por sales y minerales, junto con el persistente riesgo de corrosión, puede deteriorar e incluso dañar piezas y elementos metálicos que se encuentran en áreas cercanas al mar. Por esta razón, es prioritario implementar la aplicación de recubrimientos especiales, así como inspecciones y mantenimiento regulares, para asegurarnos de que nuestras vidas y nuestras inversiones no corran riesgo debido a los desperfectos causados por los elementos.
Existen varios métodos de protección disponibles, entre ellos:
1. Capas orgánicas: Las construcciones y embarcaciones sumergidas en agua de mar suelen ser protegidas mediante una combinación de capas de recubrimiento y protección catódica. Estos recubrimientos tienen la función de reducir el número de ánodos, el crecimiento de vida marina y las fuerzas de resistencia causadas por la misma superficie. Además, también cumplen funciones estéticas. La elección del recubrimiento debe basarse en el ambiente al que estará expuesto para minimizar su degradación.
2. Protección catódica: La corrosión electroquímica de los metales es uno de los procesos más destructivos para las embarcaciones. La protección catódica previene la corrosión al modificar las características químicas del metal mediante corriente eléctrica. Este método utiliza ánodos de sacrificio que se corroen en lugar del acero. La protección debe ser calculada correctamente, ya que muy poca protección producirá corrosión, mientras que un exceso puede dañar la madera, la pintura, las capas de recubrimiento o incluso provocar corrosión cáustica en el caso de botes de aluminio. Un exceso también puede hacer que el acero reforzado se vuelva quebradizo.
3. Tratamiento químico: Este tipo de protección se utiliza en sistemas cerrados, como los circuitos de enfriamiento. Los inhibidores de corrosión, los aglomeradores de oxígeno (oxygen scavengers) y los químicos para regular el pH son los más comunes. La selección del químico adecuado debe ser realizada por especialistas.
4. Capas metálicas: Para ambientes marinos, se utilizan recubrimientos galvanizados, rociados térmicamente con zinc y aluminio. Estas capas son menos nobles que el acero y ofrecen protección catódica. La corrosión del recubrimiento depende de cada aplicación y del ambiente en el que se utiliza.
En la lucha contra los efectos producidos por el contacto con el mar, han surgido avances en materiales como los recubrimientos libres de solventes, los materiales resistentes a los filos (edge retentive) utilizados en tanques, los materiales con alta capacidad antiabrasión y resistencia a la inmersión, a las condiciones exteriores en ambiente marino y a la adhesión de organismos marinos.
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